"Maestro, no se si tendrá tiempo para una entrevista..."
"El tiempo siempre falta, pero lo hacemos... Llámeme por teléfono. Violeta, dale mi número".
Me pidió que lo llamé al mediodía: "A esa hora voy a estar estudiando".
Ante mi mirada de sorpresa, Mosalini se sonrió y enfatizó:
"Para tocar esta música, ¿cómo hago si no...?". Y contento, se fue con sus amigos del colegio a cenar.
Un genio, un maestro, un ejemplo.
16 de febrero de 2009
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